¿Por qué quemas mi aroma a tierra?
Miradas eternas traspasan horizontes
hasta donde se pierde la vista,
en tierras de nadie me sitúo postrado
entre juncos y hierba buena.
Aún tengo incrustado el olor dulzón
de la albahaca y las manzanillas
el ramaje que se vislumbra con olor a romero
son los paisajes que se graban en el corazón.
Son las entrañas de mi tierra
las que me parieron con dolor
y la sangre que corre por mis venas
verla brotar para que no te pierdas.
Si no tienes dientes para morder
la mano del que te arrasa con su fuego
lucha con lo que puedas, defiéndete
del hombre que pierde su nombre.
Pasa a ser cobarde de la especie humana
solo con su mano por acción u omisión,
rotos tus troncos, carbonizadas tus ramas
echa a rodar, aunque sean piedras
o araña con tus raíces las piernas inhumanas.
Sángralas con tu savia que se queden pegadas
y su calavera humana se refleje en tu cara,
malditos los que con fuego van a mi casa,
a mi tierra y me arrancan las entrañas.
No saben lo que es el olor a hierbabuena,
manzanilla, romero o albahaca,
no han visto el horizonte donde se pierde la mirada.
Aquí me tienes, sentado entre los juncos
observando la tierra yerma
quemada por un loco que ni siquiera pasó un rato junto
a tu olor y sabor, a tu aroma de tierra.
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